jueves, 19 de mayo de 2016

Miedo

Hoy quiero hablar de los miedos, respecto a esta entrada centraré mi idea del vídeo final de la asignatura.
El miedo, ¿qué es exactamente el miedo?
Pienso que todos los miedos son aceptados, cada uno tiene unos miedos dependiendo de su forma de vida, de gustos, de ideales, de vivencias...
Afortunadamente, hay mucha gente que no le ha tocado vivir ningún acontecimiento triste o desagradable, pero por lo general, todos hemos pasado por algo.
Quiero hablaros de uno de mis miedos, no el mayor de todos, pero sí uno que por poco me cambió la vida, o me la cambió.
Era una tarde de invierno de 2012. Yo tenía 17 años. Íbamos en el coche. Una carretera secundaria. Un carril de ida frente a otro de vuelta. Conducía mi madre. De copiloto mi tía. Yo detrás. Era nuestra furgoneta lo que conducía, delante tiene tres asientos, siempre voy entre mi madre y el copiloto, siempre. El cinturón es sólo de cintura y apenas sujetaría si hubiese un accidente. Algo me dijo ese día que debía sentarme detrás, en la ventana, donde hay cinturones normales.
Íbamos a una velocidad moderada, pues mi madre es la típica madre que conduce a menos de la velocidad que está anunciada en los carteles, la que debe crear todos los atascos cuando está en la carretera, la que está atenta a cualquier cosa que se le pueda presentar en la carretera. Podría decir que es con la única persona que voy tranquila y confiada en un coche. Me transmite seguridad, confianza.
Música en bajito. Yo con el móvil a lo mío y mi madre y mi tía no hablaban. Un extraño grito de mi madre hizo alarmarme, hizo que levantase la cabeza de mi teléfono móvil. Fue cosa de dos segundos, pero en esos dos segundos, por imposible que parezca, me dio tiempo a dejar el móvil, mirar a mi madre, mirar hacia el frente hacia la carretera, me dio tiempo a sentir un enorme miedo que invadía absolutamente todo mi cuerpo. Me sujeté fuertemente, creo recordar, al cinturón. Tras estos innumerables sucesos pero tan sólo dos segundos, llegó. Llegó el coche. El coche que venía por el carril en la dirección opuesta. El impacto fue indescriptible. Un silencio mezclado de un pitido horrible se apoderó de mí. Me atrevería a decir que me quedé inconsciente escasos segundos. Cristales rotos, todo lleno de cristales, humo, mucho humo, piezas de coche por todas partes. En cuanto desperté de esos segundos de impacto, puedo decir, que sentí el mayor miedo de toda mi vida, de toda mi vida. No me preocupé en mirarme cómo estaba yo, apenas podía andar pero eso no fue un problema para mí en esos momentos. Mi miedo, ¿cuál era mi miedo? Mi miedo era que le hubiese pasado a mi madre algo, pues todo el impacto fue en su lado. Salí del coche tan rápido como pude, aún no sé cómo pude hacerlo, pues la puerta estaba rota, pienso que en situaciones así tenemos una capacidad extra de fuerza, de no sentir dolor físico, de jugarte la vida por lo que más quieres, tu madre. Me acerqué a toda velocidad a su puerta que estaba al otro lado, todo esto pasando por toda la humareda y el suelo de cristales. Suena incoherente, pero en ese momento, en esa horrible escena, me sentí feliz, afortunada... mi madre había conseguir salir del coche antes que yo y estaba consciente, no me pude alegrar más. Mi madre, mi tía y yo nos alejamos todo lo posible al estar todo destrozado y con tanto humo, el resto de coches fueron a ver al otro conductor que estaba inmovilizado en su coche y mientras llamaban a los servicios de emergencia.
A los pocos minutos me di cuenta que no podía andar, que estaba llena de moratones ensangrentados a causa del impacto que sufrió mi cuerpo contra la cinta del cinturón. La cabeza me estallaba, estaba tiritando de miedo. En seguida apareció la ambulancia la cual nos trasladó.
Es con esta historia con la que puedo decir que he sentido el mayor miedo de mi vida y que a día de hoy tengo verdadero pánico a los coches, cosa que mucha gente no entiende, pero que cuando te ocurre algo así te deja marcado para toda la vida.

La familia primero

Lo más importante, la familia.
La familia, ese conjunto de personas con las que convives, que están siempre, que no van a dejar que te hagas daño si te caes, que te quieren, que te completan, que dan hasta lo que no tienen por tí.
La vida me ha enseñado que la familia es lo mejor que tengo. Tengo mis rachas, supongo que muchos de nosotros habremos pasado por esa edad de hacerse la chulita, hablar mal a nuestros padres, hacerles sentir que son malos contigo, que no quieres saber nada de ellos... Yo, persona que ama a mi familia, también he pasado por esa fase, pero bueno, al menos se me pasó rápido y recapacité. Mis padres no se sintieron dolidos, pues yo era su tercera hija que le montaba esos numeritos, saben que es cosa de la edad y que se nos pasará no pasado mucho tiempo. Desde hace algunos años, valoro a mi familia mucho más, me preocupo por los problemas de todos, por los problemas familiares, por todo. Quiero destacar el concepto “impotencia”. Eso que se siente cuando ves que los que más quieres están pasando un mal momento, que algo va mal, que necesitan de otros. Tú intentas involucrarte, ayudar, salvarles, apoyarles, pero te das cuenta que hay cosas que no están en tu mano, que únicamente es algo que está en manos de tus padres, que son decisiones que por mucho que tu quieras hacer, no puedes. Eso es algo frustrante, decepcionante, chocante... la impotencia. Tus padres se dan cuenta que haces lo posible por ayudarpero también saben que tú has de centrarte en tus cosas y que eso es algo de lo que se tienen que encargar ellos y finalmente piensan que ya has dejado de luchar, pero tú sigues y sigues,buscando soluciones para ayudarles.
Con esto, quiero decir que si amas a tu familia, si crees que merecen todo y que sin ellos no serías nada, cuídales. Cuida de quien te cuida.



Vuelve pronto

Voy a dedicar mi entrada de hoy a mi hermana, Inés.
Vive fuera, lejos, bastante lejos.
Ya hace tres años que decidió irse a continuar su carrera a Beirut, Líbano. Acabó la carrera y en casa dijimos: “¡bien por fin vuelve! Pero no, decidió seguir formándose allí. Mis padres le apoyaban para no quitarle esa ilusión que ella tenía, pero en realidad, no estaban muy seguros de si debían animarle a quedarse. Justo fue la época que por su zona hubo bastantes conflictos. Hablando a menudo con ella nos iba informando de lo que iba pasando, pues en las noticias no siempre te informan de todo y ella lo estaba viviendo en su mismo barrio.Especialmente yo hablé con ella el día que hubo un atentado en la calle donde ella pasaba para ir a la universidad, afortunadamente no coincidió con sus horarios. Mis padres y nosotros, sus hermanos, estábamos bastante preocupados. Fue pasando el tiempo y la cosa por allí cambió favorablemente. Todo se calmó y a día de hoy su vida por allí es tranquila, está consiguiendo todos sus objetivos a base de mucho esfuerzo. Pero lo cierto es que le echo de menos. Siempre nos peleábamos, nos reíamos, nos robábamos ropa, nos cotilleábamos las cosas la una a la otra...Cosas buenas y cosas malas que a día de hoy se me quedan en buenos recuerdos. Yo le deseo lo mejor pero también deseo que vuelva pronto, no nos basta con verle una semana al año. Es como si faltase una pieza del puzzle para completar nuestra familia. Inés, vuelve pronto.

Dibujos infantiles

Hoy mi entrada del blog va dedicada a los dibujos infantiles. A clase teníamos que llevar dibujos hechos a edades pequeñas.
Al principio los veía como simples dibujos, pero al exponer en clase el dibujo que había traído nuestra compañera Celia de su hermano y ver qué había dibujado, el porqué de cada cosa dibujada, colores utilizados, cada tachón, cada mínimo detalle; ésto hizo que al llegar a casa me parase a mirar más esos dibujos de las más pequeñas. Cuido niños y niñas de diversas edades, por lo tanto he querido comparar dibujos de diferentes edades y de diferentes situaciones personales.
Quiero comenzar con el dibujo de la más pequeña, se llama Anahí y tiene tan sólo dos añitos. A día de hoy le entusiasma colorear, disfruta con cada garabato.
Le puse a su disposición una caja de pinturas y una hoja y le dije que podía hacer un dibujo. Me quedé a su lado sentada y fui viendo cómo hacía el dibujo; me iba diciendo lo que dibujaba: “a mamá, a papá, a Anahí y a Camila (su amiguita)”. Está en una edad que sus dibujos se basan en dibujar a gente, generalmente su familia y durante toda su obra de arte, se dedica a contarte las veces que haga falta, que está dibujando a sus papás y el nombre ellos, sin olvidarse de ella y de su nombre, ¡por supuesto!


El siguiente dibujo es de Denissa, tiene 3 añitos. Este dibujo no sé muy bien a qué se debía, era una representación del cumpleaños de Minie (personaje de Disney), pero no llegué a averiguar porqué se centraba en ello. Tal vez viese un cuento en el colegio, tal vez por la mañana en su casa vio en los dibujos alguna escena parecida, no lo sé. Es una niña que aún no se ha soltado a hablar y no logré averiguarlo pero ella hacía su dibujo expresando todas sus ganas por hacerlo. Este fue el resultado:

A continuación podemos ver el dibujo de Eva, 4 años. Tal vez es en este dibujo en el que más he querido centrarme, pues Eva es una niña cuyos padres están separados y suelen turnarse para que ambos cuiden de ella y de su hermana. Quería ver si en el dibujo se iba a ver reflejado algún tipo de preferencia paterna o materna o algo que le inquietase a la pequeña.
Según hacía el dibujo se le veía muy concentrada y disfrutando. Al finalizarlo le pregunté que qué había dibujado y ésta me dijo que eran su papá, su mamá, su abuela, su hermanita y ella. Yo personalmente, conozco bastante a esta familia y el dibujo me ha expresado perfectamente la situación que, al menos, se ve desde fuera; son una familia que a pesar de estar separados, se involucran mucho con sus hijas y se respira un ambiente familiar y de amor.

Un atrapamiedos especial

La clase de hoy, si la tuviese que definir con una palabra, sería: Creativa.
Hemos llevado diversos materiales para realizar nuestro propio atrapamiedos.
Yo he elegido hacerlo de unos tonos naranjas, pues me hacen sentir que mi miedo se hace más débil. El color me transmite paz y tranquilidad y todo miedo que quiera entrar en mí, mi atrapamiedos lo va a detener. Durante la clase he estado muy relajada haciendo mi manualidad, me he concentrado, me he inspirado... Un cúmulo de sentimientos ha llevado a conseguir terminar mi precioso atrapamiedos que se lo regalaré a mi abuela y le diré lo que para mí ha significado y para que vea que yo también quiero que todos sus miedos se queden ahí.

Disfraz personal

La actividad de hoy ha sido bastante especial. No tenía muy claro por dónde iban a salir los tiros, pues en la explicación no había entendido bien lo que había que hacer.
Bien, la clase ha sido especialmente emotiva. Algunos de mis compañeros y compañeras, han ido con algún complemento para representar a un él/ella que no era, o era él/ella mismo en su pasado, algún miembro de su familia, algún miedo suyo, alguna virtud... Multitud de cosas, a cada cual más interesante y original.
Han ido saliendo uno a uno y debían quedarse quietos delante de toda la clase, mientras, la clase les observaba e iban diciendo cualidades, anotaciones y todo tipo de palabras que esa imagen del compañero les estuviese transmitiendo.
Pocos y pocas han sido los valientes que han salido a mostrarnos lo que tenían preparado o habían improvisado. Lo veo un aspecto muy positivo por su parte, no todo el mundo es capaz de salir ahí ante tanta y desnudarse sentimentalmente.
Desde la primera compañera que salió hasta la última, en el aula se respiraban sentimientos, emociones... Creo que desde el minuto cero ya había mas de uno llorando, pues estas personas que iban saliendo nos conmovían.
Añado una conclusión tras haber escrito otras entradas en el blog. Esta ha sido la actividad con la que más he aprendido en esta asignatura y la que más me ha enseñado cómo son cada una y cada uno de mis compañeras/os y que gracias a ello, la convivencia en el aula ha ido a mejor.

miércoles, 18 de mayo de 2016

Blancanieves


Durante unas cuantas sesiones hemos trabajado la famosa historia de "Blancanieves y los siete enanitos", creada y modificada durante muchos años para toda clase de públicos.
La historia de los hermanos Grimm que, muchos años después Walt Disney lo convirtió en "cuento de hadas" realizando así su primer largometraje, ha sido modificada varias veces e incluso hoy en día sigue atrayendo a mucho público en la gran pantalla, como por ejemplo la película española "Blancanieves" escrita y dirigida por Pablo Berger o "Las crónicas de Blancanieves: el cazador y la reina del hielo" dirigida por Cedric Nicolas-Troyan.

Esta historia comenzó a aparecer en la pantalla con el cine mudo y también en el teatro aunque la verdadera personalidad de Blancanieves se la da Walt Disney en 1937 haciendo de la protagonista una adolescente hermosa, de cuerpo perfecto,dulce y simpática que encandilará a los más pequeños. Se modifica así la historia alemana en una película estereotipada, dónde cada detalle tiene un significado oculto o representa un mensaje subliminal que hace del cuento una historia de niños pero también de adultos, adaptándose a los gustos y valores que la sociedad desea enseñar o inculcar a los más pequeños.

A continuación dejo un enlace dónde explican la verdadera historia de María Sophia Margeretha Catharina, una condesa del pueblo de Lorh  la cual inspira a los hermanos Grimm para crear la famosa historia, un artículo bastante interesante que relaciona la vida  de esta familia con el cuento.

http://www.mujeresenlahistoria.com/2012/12/la-verdadera-blancanieves-maria-sophia.html


Blanco y negro.

Ultimando detalles sobre el corto que íbamos a realizar de blancanieves, surgió el blanco y el negro como símbolo de lo bueno y lo malo.
Curiosamente siempre achacamos los colores oscuros a cosas tenebres, tristes, lúgubres, a los miedos, al lado malo de las cosas. Y por otro lado los colores claros a alegría, esperanza, bondad, paz....
Esto me hizo pensar que en nuestra vida no solo existe el blanco y el negro, sino que cada vez que nos levantamos podemos tener un morado que nos hace pensar en que nos depara el día, un marrón que nos da vida en el desayuno para cogerlo con ganas, un rosa que aparece cuando un niño nos sonríe en el semáforo mientras esperamos a cruzar...

La vida no siempre tienen porque ser extremos.
Ni blanco, ni negro. Mejor una vida llena de colores.


Los miedos se van bailando.

Cuando era pequeña mi abuela siempre me decía que si alguna vez algo me daba miedo que cantara la primera canción que se me viniera a la cabeza en ese momento y pensara en algo que me apeteciera hacer, algo agradable para mi.
Una de las clases que más me han emocionado y me han hecho alegrarme fue cuando debido a un miedo, una mala vibración, salió como antídoto bailar y cantar.
Parecerá una tontería, pero cuando estamos cantando o bailando algo, que nos agrada, nos olvidamos de todo aquello que nos pueda perturbar la mente, por lo que esa clase fue eso, esa clase y nada más.
No existía el pensar en la hora anterior, o en que tenía que hacer cuando llegara a casa. Simplemente disfrutábamos el momento y bailábamos unos con otros, bailes improvisados y puentes que nos llevaban de la mano de nuestro compañero a la salida por el otro lado.

Quizás se esta perdiendo la costumbre de bailar y de cantar. Quizás se esta perdiendo el antídoto a los miedos.









Juegar no es solo una cosa de niños.



Jugar no es solo cosa de niños. El juego es una fuente de relajación tanto para el cerebro como para el cuerpo, tanto de los niños como de los adultos.  Muchas veces los adultos se olvidan de esto, de divertirse. En algún momento entre la niñez y la edad adulta, muchas personas dejan de jugar, dejan de divertirse.
Esto es debido a que el juego empieza a ser sustituido por el trabajo y las responsabilidades. Pero creo que tenemos que sacar un ratito para jugar como cuando éramos niños y poder disfrutar de esto toda la vida. Pienso que el juego no tiene edad y podemos intentar realizarlo toda nuestra vida.