domingo, 6 de marzo de 2016

Juguetes de construcción

Hoy he estado en una exposición en la Sala Picasso del Circulo de Bellas Artes de Madrid, que se llama Juguetes de Construcción y me ha llamado mucho la atención la evolución de los juguetes sin apenas darnos cuenta a lo largo del tiempo, por lo que he decidido hablar un poco sobre ello.

En el folleto de la exposición viene un breve resumen detrás el cual dice:
''A finales del siglo XIX Charles Martin Crandall, productor de equipamiento para críquet, regaló a sus hijas convalecientes de escarlatina un lote de tablitas de las que usaba en su fábrica para embalar los productos. Al ver el entusiasmo de las niñas, el médico que las atendía le pidió un primer ejemplar de aquel improvisado juguete y Crandall se convenció de que allí había una linea de negocio. Este es el origen de los Crandall Blocks, uno de los primeros juguetes de construcción que permitían ensamblar las piezas, no solo apilarlas.''

Y es que construir, después de destruir, es una de las primeras actividades en las que se afanan los niños. Para ellos, basta simplemente unas tablitas o unas cajas de cartón para dar libertad a su imaginación y empezar a construir. De eso se trataba la exposición, de la evolución de los juguetes de construcción que comenzaron a comercializarse en el siglo XIX, y de su relación con la arquitectura moderna. Además Juan Bordes, coleccionista, asegura que estos juguetes fueron los principales avances de la arquitectura más vanguardista, sirviendo de formidable cauce de difusión y convirtiendo los logros en, literalmente, un juego de niños.

Bloques matemáticos. Enseñan al niño nociones sobre el equilibrio, relaciones espaciales y la comprensión del todo y sus partes.

El metal laminado pasó de ser un material de piezas complementarias a principal en la fabricación de los juegos de construcción.

Entre los materiales singulares muy poco usados destaca el cristal.

Uno de los primeros en utilizar uniones magnéticas en el juguete inglés fue Goodtoy Magnetic Construction (1930).

Las imágenes que usan estos juguetes en sus cajas, manuales y publicidad, insisten en atraer a niños y niñas. Esta característica es excepcional en el mundo de los juguetes, pues la mayoría han sido culpables del reparto de roles sexistas entre los adultos. También está iconografía suele integrar en estos juegos a toda la familia, a un amplio margen de edades e incluso a todas las culturas.




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