Estábamos en clase y era el día de salir al "escenario"
con un "disfraz", al principio pensaba que iban/íbamos a salir con un
disfraz y hablar de él, pero la clase se convirtió en expresar las emociones,
emociones, que cada uno las llevaba muy dentro, emociones que cuestan
expresarlas incluso con amigos de toda la vida.
Pero ahí estábamos, todos callados,
mirando a la persona que salía al "escenario" y contaba sus
sentimientos más profundos, sus experiencias, sus vivencias. Ese día la clase
se convirtió en un diario personal.
Cada persona que salía, expresaba una
emoción diferente y los demás sentíamos, o por lo menos yo, sentía como me
inundaba esa emoción, sentimiento, vivencia, dentro de mí, sentía como si lo
hubiese vivido yo, con cada persona que salía, lloraba, reía, sentía las ganas
de abrazar a esa persona, que ha sido valiente y ha salido a contar a 60
personas, que apenas conoce, una experiencia de lo más profunda.
Esa clase, me sirvió para empezar a
conocer más a mis compañeros, para ver que no pasa nada por salir y expresar lo
que sientes en un momento dado, a no tener miedo, a ser valiente, a no
prejuzgar a la gente sin conocerla.
Fue una experiencia única.
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