Voy a dedicar mi entrada de hoy a mi hermana, Inés.
Vive fuera, lejos, bastante lejos.
Ya hace tres años que decidió irse a continuar su carrera a Beirut, Líbano. Acabó la carrera y en casa dijimos: “¡bien por fin vuelve! Pero no, decidió seguir formándose allí. Mis padres le apoyaban para no quitarle esa ilusión que ella tenía, pero en realidad, no estaban muy seguros de si debían animarle a quedarse. Justo fue la época que por su zona hubo bastantes conflictos. Hablando a menudo con ella nos iba informando de lo que iba pasando, pues en las noticias no siempre te informan de todo y ella lo estaba viviendo en su mismo barrio.Especialmente yo hablé con ella el día que hubo un atentado en la calle donde ella pasaba para ir a la universidad, afortunadamente no coincidió con sus horarios. Mis padres y nosotros, sus hermanos, estábamos bastante preocupados. Fue pasando el tiempo y la cosa por allí cambió favorablemente. Todo se calmó y a día de hoy su vida por allí es tranquila, está consiguiendo todos sus objetivos a base de mucho esfuerzo. Pero lo cierto es que le echo de menos. Siempre nos peleábamos, nos reíamos, nos robábamos ropa, nos cotilleábamos las cosas la una a la otra...Cosas buenas y cosas malas que a día de hoy se me quedan en buenos recuerdos. Yo le deseo lo mejor pero también deseo que vuelva pronto, no nos basta con verle una semana al año. Es como si faltase una pieza del puzzle para completar nuestra familia. Inés, vuelve pronto.
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