Lo más importante, la familia.
La familia, ese conjunto de personas con las que convives, que están siempre, que no van a dejar que te hagas daño si te caes, que te quieren, que te completan, que dan hasta lo que no tienen por tí.
La vida me ha enseñado que la familia es lo mejor que tengo. Tengo mis rachas, supongo que muchos de nosotros habremos pasado por esa edad de hacerse la chulita, hablar mal a nuestros padres, hacerles sentir que son malos contigo, que no quieres saber nada de ellos... Yo, persona que ama a mi familia, también he pasado por esa fase, pero bueno, al menos se me pasó rápido y recapacité. Mis padres no se sintieron dolidos, pues yo era su tercera hija que le montaba esos numeritos, saben que es cosa de la edad y que se nos pasará no pasado mucho tiempo. Desde hace algunos años, valoro a mi familia mucho más, me preocupo por los problemas de todos, por los problemas familiares, por todo. Quiero destacar el concepto “impotencia”. Eso que se siente cuando ves que los que más quieres están pasando un mal momento, que algo va mal, que necesitan de otros. Tú intentas involucrarte, ayudar, salvarles, apoyarles, pero te das cuenta que hay cosas que no están en tu mano, que únicamente es algo que está en manos de tus padres, que son decisiones que por mucho que tu quieras hacer, no puedes. Eso es algo frustrante, decepcionante, chocante... la impotencia. Tus padres se dan cuenta que haces lo posible por ayudarpero también saben que tú has de centrarte en tus cosas y que eso es algo de lo que se tienen que encargar ellos y finalmente piensan que ya has dejado de luchar, pero tú sigues y sigues,buscando soluciones para ayudarles.
Con esto, quiero decir que si amas a tu familia, si crees que merecen todo y que sin ellos no serías nada, cuídales. Cuida de quien te cuida.
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